Exterminador de ideas

Me siento muy molesto con las propuestas literarias, tengo que seguir destruyéndolas. Matar las ideas es el plan más eficaz. No todos podemos convertirnos en escritores.
El método, como siempre, es infectar la mente con críticas absurdas, desalentadoras, castrantes. En fin, todo lo nocivo para sembrar incertidumbre y que todo se vuelva un caos.
Sin embargo el caos moviliza, motiva, de ahí brota la fibra que necesita la escritura, quizás alguna idea sobreviva y no se deje lapidar.
Este “devastador” no es tonto, es difícil de engañar, siempre está atento a contaminar los pensamientos para no dejarte crear y creer.
Es la lucha constante de avance y retroceso entre una idea, tal vez brillante, y la crítica desvalorizándola.
El exterminador de ideas es uno mismo coartando el impulso de plasmarlas en un texto.
"Debemos escribir desde el corazón, buscando ideas que cambien el mundo, somos los únicos responsables de nuestra propia experiencia."
¿Qué sería del mundo sin creatividad?
Sin ella sólo habría repetición y rutina. Para cambiar, mejorar y abrir nuevas direcciones, es imprescindible la creatividad. Crear es traer al mundo algo de valor que antes no estaba, hace nacer lo que en el mundo no nace.

"«Una niña estaba en clase de dibujo. Ella tenía seis años y estaba en la parte de atrás de la clase, dibujando, y la profesora contó que esta niña casi nunca prestaba atención, pero en esta clase de dibujo sí. La profesora estaba fascinada y se acercó a ella y dijo, “¿qué estas dibujando?, y la niña dijo, “Estoy dibujando a Dios”. Y la profesora dijo, “pero nadie sabe cómo mes Dios”. Y la niña dijo, “Lo van a saber en un minuto”. »"