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viernes, 1 de junio de 2012

Sobre las Sectas Destructivas

“Una mentira repetida cientos de veces acaba convirtiéndose en una verdad para el sujeto expuesto a ella”.


Para el ciudadano de a pié, las técnicas de lavado de cerebro son algo esotérico, subjetivo, “cosas raras” que ocurren muy poco y a muy pocos. Nada más lejos de la realidad. El lavado de cerebro es un proceso muy técnico y preciso, de manual; y es un proceso que ocurre mucho más de lo que la mayoría puede imaginar. Nuestro país está plagado de organizaciones que utilizan estas técnicas para conseguir sus fines: sectas comerciales o piramidales, grupos terapéuticos, supuestas ONGS, partidos políticos, asociaciones religiosas, e incluso grandes empresas que empiezan a utilizar estas técnicas al constatar que manipulando mental y emocionalmente al trabajador se reducen los costes y se multiplican los beneficios. La mente humana es mucho más frágil y manipulable de lo que solemos creer.



El tema de las Sectas Destructivas, o también llamadas Sectas Religiosas Destructivas, plantea no sólo un problema social de índole delictivo, de estafa y evasión a la hacienda pública, o de penetración en los diferentes sectores de la sociedad, entre otros muchos sino, fundamentalmente, un problema de salud pública.

Porque las sectas destructivas a fin de cuentas son única y exclusivamente eso: Un auténtico problema de salud que está afectando cada vez a mayor número de personas de nuestra sociedad, y que detrás de esta captación de adeptos solamente existe un único y principal motivo: El dinero.

La denominación trae consigo un importante debate ya incluso para reconocer su etimología y significado. Unos piensan que "secta" viene del verbo sequor, que significa "seguir"; mientras, por el contrario otros hablan de que viene del verbo secare, que significa "cortar". Pero el dilema va más allá de nuestros tiempos, pues ya el mismo Cicerón utilizaba la palabra en latín de secta, para denominar unas veces un modo de vida o comportamiento moral y otras para nombrar a un grupo político. Séneca la utilizaba para designar una escuela jurídica, filosófica o médica. Y Apuleyo para hablar de una banda de forajidos.

Así pues el término de secta lleva consigo desde hace mucho tiempo la inseguridad de saber de lo que se está hablando. Generalmente se habla de secta religiosa como un grupo minoritario que realiza una serie de prácticas y cultos diferentes de lo que se ha llamado religión oficial. Pero desde hace un tiempo sabemos que el uso de esta palabra se ha cargado de un sentido peyorativo llegando incluso a parecer un verdadero insulto. Por ello estudiosos de la sociología religiosa, de la historia de las religiones, etc... suelen evitar el uso del término para no llevar a confusión ni faltar al respeto a numerosas tendencias religiosas que podrían llevarlo perfectamente en su definición natural. De esta manera los investigadores suelen utilizar otros términos para referirse a estos grupos como "nuevas religiones", "cultos", ... De hecho la mayoría de las sectas prefieren hacerse clasificar por ellos y promulgan la eliminación del término despectivo.

Sea como fuere el fenómeno de las sectas siempre ha despertado un enorme interés y preocupación en la sociedad. Pero si cabe podemos decir que en estos tiempos de libertad de pensamiento y con la cercanía del nuevo milenio, la nueva era, ... ha tenido una relevancia especial el surgimiento de las mismas. Las religiones oficiales o tradicionales ya no parecen dar respuestas a los fieles que buscan otras salidas que puedan cubrir su fe.

Bien, pero aunque podemos llamar sectas, eliminando el carácter peyorativo, a toda la serie de nuevos movimientos religiosos, si es cierto que desde siempre la sociedad y los gobiernos han buscado intentar "separar el grano de la paja" para descubrir cuáles de esas sectas podrían ser peligrosas. Para ello la Fundación Argentina para el Estudio de la Sectas realizó la siguiente división: Grupos de riesgo (grupos no estructurados que se reúnen por afinidad de ideología o prácticas comunes que proponen diversos objetivos y que con el tiempo pueden llegar a esclavizar a los miembros del mismo. Se suelen encontrar entre individuos de clase media), Sectas Peligrosas (suelen instalarse en barrios humildes y propugnan que ellos tienen la verdad suprema. Llevan consigo la limitación de ciertas prácticas como las sexuales, fumar, etc.) y Sectas Destructivas (grupos perfectamente estructurados entorno a la figura de un líder y que mediante diversas técnicas consiguen la esclavitud de los fieles al gurú). De esta división se puede intuir que realmente el carácter despectivo que le dirigimos al término está en relación con las "sectas destructivas".

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